Arte desde los once metros

El fútbol es tan increíblemente imprevisible que deja detalles sorprendentes incluso desde los once metros. Algo que parece tan sencillo como disparar a un lado u otro de la portería se convirtió en un ejercicio de originalidad de la noche a la mañana. Hablo de Antonín Panenka y su famoso penalti. Era el año 1976 y Checoslovaquia y la República Federal de Alemania se enfrentaban en la final de la Eurocopa en Belgrado. Los germanos eran favoritos por la calidad de sus jugadores (Beckenbauer, Maier, Vogts, Hoeness o Müller) y por su condición de campeones del mundo y de Europa, pero no pudieron pasar del empate a dos tras los noventa minutos reglamentarios y la prórroga.

Los once metros iban a decidir el ganador. La tensión se palpaba en la grada y en el césped. Los siete primeros penaltis acabaron en gol, pero Hoeness erró en el octavo. Turno para Panenka. En sus botas tenía la responsabilidad de todo un país que se encontraba a once metros de lograr su primera Eurocopa. ¿Pero quién dijo miedo? Panenka cogió bastante carrerilla y cuando todo el mundo pensaba que iba a soltar un tremendo cañonazo, picó el balón hacia el centro de la portería. Maier, impotente y ya en el suelo, sólo pudo observar como la pelota entraba lentamente al fondo de las mallas. Checoslovaquia alcanzó la gloria y Panenka, sin ser consciente de ello, iba a pasar a la historia del fútbol.

Desde entonces le han salido miles de imitadores. Posiblemente el que más se le parezca, tanto por la belleza como por el momento, sea el de Zidane en la final del Mundial de 2006 frente a Italia, pero esa historia no tuvo final feliz. Algo así debió pensar Totti cuando hizo literalmente el ridículo al tratar de marcar un gol de este estilo. El portero, que no se lanzó a ninguno de los dos palos, sólo tuvo que esperar a que el balón le llegara a las manos mientras se tomaba un café. Quizás el penalti hubiera tenido otro desenlace si el italiano hubiera optado por tirarlo de tacón, tal y como hizo en un entrenamiento.

Otro que quiso innovar y lo logró fue Johan Cruyff. En 1982, con el Ajax, se disponía a lanzar una pena máxima. Colocó el balón en el punto de penalti y cuando parecía que iba a empezar a tomar carrerilla, dio un pase prácticamente horizontal a un compañero. Este último se acercó a la portería y cuando le salió el guardameta se la devolvió a Cruyff para que marcara a puerta vacía. Pires intentó imitarlo con el Arsenal, pero le salió el tiro por la culata.

Hay otra serie de penaltis de gran belleza, como tirarlo a pie parado, de rabona o de paradinha, aunque a este último le está haciendo un flaco favor Neymar, delantero del Santos. Lo suyo no deja de ser una trampa y así se explica en el reglamento; otra cosa es lo que quieran consentir los brasileños. Y para paradinhas, la que se marcó el otro día Djalminha en un encuentro de veteranos. No fue gol, pero se agradece esa originalidad en forma de pirueta tipo ballet. Arte en estado puro. Arte desde los once metros.








6 comentarios:

  1. mu bueno.exigo un articulo de faltas del gran letissier!!jajaja

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  2. todo se andara... jajajaja

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  3. Grandisimo Djalma!!!ese tio es un jugon!!! lastima q tirase cabezazos a Irureta...si tuviese cabeza....aunq si tuviese cabeza = no haria ni la mitad d lo q hace....asi son los genios.

    Matthew Le Tissier? anda anda... fichalo para tus urracas naxel!!!

    Para cuando una encuesta del mejor gol?jajaja
    por pedir q no quede,no?

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  4. http://www.youtube.com/watch?v=-TeUpG1Cjk0
    ¿Como puedes hablar de Totti sin mencionar este gol?
    Borja

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  5. si djalma no tiene cabeza....cm le dio un cabezazo a iruretagoyena?? (tenia q decirlo,jaja)

    sabes q mis urracas renaceran d sus cenizas y volveran a comprar a toa la mierda q encuentren en el emrcado,yo confio en ello

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  6. pedid to lo q kerais, q yo me lo apunto

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