No recuerdo ni sobre qué iba la conversación ni por qué me vino a la cabeza, pero estaba hablando con una amiga y de repente me acordé de una entrevista de trabajo que tuve hace algo más de tres años. No voy a decir de qué medio se trataba, pero la historia merece estar en este blog por surrealista.
Uno suele llegar a estas citas con varios minutos de antelación con la intención de aparentar ser una persona responsable y puntual. En esta ocasión eso fue un grave error. No me dieron ni las buenas tardes. Sólo se dignaron a recriminarme que había llegado cinco minutos antes y que ellos tenían una agenda muy apretada. Por supuesto, me hicieron esperar en la calle hasta la hora de la entrevista.
Una vez dentro del despacho del director tuvo lugar la siguiente conversación:
-Buenas tardes. Pase y siéntese.
-Buenas tardes.
-Su nombre es Javier Marín, ¿verdad? Estoy viendo en su currículum que en la foto sale más delgado…
-(...)
-Hemos tenido el detalle de recibirle, ya que a nosotros nos gusta dar oportunidades a los jóvenes a pesar de que no tengan ningún tipo de experiencia, como usted (había estado un verano en El Periódico de Aragón y otro en el AS, pero al parecer esperaban que alguien que acababa de terminar la carrera tuviera ya una larguísima trayectoria profesional). ¿Qué le gustaría hacer aquí?
-Hasta ahora siempre he trabajado en deportes, que es lo que más me gusta.
-Deportes, deportes… Si quiero un periodista deportivo, de aquí a la Plaza de España encuentro mil. Veré qué se puede hacer si al final le seleccionamos, pero eso prácticamente no es periodismo. ¿Con quién trabajaba en el AS?
-Con Pedro Luis Ferrer, Mario Ornat…
-Ni les conozco (puede que sean los dos mejores periodistas deportivos de Zaragoza, pero este señor, director de un medio de comunicación, desconocía su existencia). Mire, somos tan generosos que le vamos a dar un cursillo que cuesta bastante dinero sin la seguridad de que al final le vayamos a contratar. Sólo por eso ya tendría que estar agradecido. Y le voy a ser sincero, no espero nada de usted. Vuelva mañana a las ocho de la tarde. Buenas tardes.
-Muchas gracias y buenas tardes.
Por supuesto, al día siguiente regresé a las ocho en punto, ni un minuto antes ni un minuto después, para que me impartieran ese curso tan caro. Éste consistía en enseñarnos los tres programas que utilizaban en ese medio, dos de los cuales yo ya sabía utilizar. El curso lo hice con otras dos chicas y me dio la impresión de que malgasté dos horas de mi vida: cosas que a mí me costaba cinco minutos hacerlas, ellas se tiraban media hora; no aprendí nada nuevo, ya que el programa que yo desconocía lo hubiera sabido utilizar hasta un niño de tres años; y encima las dos chicas eran bastante sosas.
Al día siguiente tuve que volver para hacer una prueba y estaba claro que si tenían que escoger a uno de los tres, yo iba a ser el elegido. Al final me contrataron a mí y a otra de las chicas, y aunque parezca sorprendente me ubicaron en deportes. Para no esperar nada de mí, algo debí hacer bien, ya que al mes me facilitaron un equipo de trabajo propio, siendo el único colaborador que contaba con esta ventaja. Pocos días después, el periodista que tenía la plaza de fijo en deportes se marchó y me la ofrecieron a mí.
La rechacé porque un par de semanas antes me habían llamado del AS para ofrecerme un puesto de colaborador, lo cual estaba muy bien porque podía compaginar ambos trabajos. Si hubiera aceptado quedarme como fijo, no habría podido continuar en el AS y eso ni se me pasaba por la cabeza, mucho más cuando mis compañeros habían luchado durante varios meses para que en Madrid dieran el visto bueno a tenerme como colaborador.
A los tres días de rechazar la oferta recibí una llamada muy sospechosa en la que me pedían que llevara el equipo a la redacción para una revisión técnica. Lo llevé y ésa fue la última llamada que recibí de aquel medio, ya que optaron por marginarme en vez de decirme claramente que ya no querían contar conmigo por haber rechazado el puesto de fijo. Fallaron las formas al principio y, como no podía ser de otra forma, fallaron las formas al final.
Uno suele llegar a estas citas con varios minutos de antelación con la intención de aparentar ser una persona responsable y puntual. En esta ocasión eso fue un grave error. No me dieron ni las buenas tardes. Sólo se dignaron a recriminarme que había llegado cinco minutos antes y que ellos tenían una agenda muy apretada. Por supuesto, me hicieron esperar en la calle hasta la hora de la entrevista.
Una vez dentro del despacho del director tuvo lugar la siguiente conversación:
-Buenas tardes. Pase y siéntese.
-Buenas tardes.
-Su nombre es Javier Marín, ¿verdad? Estoy viendo en su currículum que en la foto sale más delgado…
-(...)
-Hemos tenido el detalle de recibirle, ya que a nosotros nos gusta dar oportunidades a los jóvenes a pesar de que no tengan ningún tipo de experiencia, como usted (había estado un verano en El Periódico de Aragón y otro en el AS, pero al parecer esperaban que alguien que acababa de terminar la carrera tuviera ya una larguísima trayectoria profesional). ¿Qué le gustaría hacer aquí?
-Hasta ahora siempre he trabajado en deportes, que es lo que más me gusta.
-Deportes, deportes… Si quiero un periodista deportivo, de aquí a la Plaza de España encuentro mil. Veré qué se puede hacer si al final le seleccionamos, pero eso prácticamente no es periodismo. ¿Con quién trabajaba en el AS?
-Con Pedro Luis Ferrer, Mario Ornat…
-Ni les conozco (puede que sean los dos mejores periodistas deportivos de Zaragoza, pero este señor, director de un medio de comunicación, desconocía su existencia). Mire, somos tan generosos que le vamos a dar un cursillo que cuesta bastante dinero sin la seguridad de que al final le vayamos a contratar. Sólo por eso ya tendría que estar agradecido. Y le voy a ser sincero, no espero nada de usted. Vuelva mañana a las ocho de la tarde. Buenas tardes.
-Muchas gracias y buenas tardes.
Por supuesto, al día siguiente regresé a las ocho en punto, ni un minuto antes ni un minuto después, para que me impartieran ese curso tan caro. Éste consistía en enseñarnos los tres programas que utilizaban en ese medio, dos de los cuales yo ya sabía utilizar. El curso lo hice con otras dos chicas y me dio la impresión de que malgasté dos horas de mi vida: cosas que a mí me costaba cinco minutos hacerlas, ellas se tiraban media hora; no aprendí nada nuevo, ya que el programa que yo desconocía lo hubiera sabido utilizar hasta un niño de tres años; y encima las dos chicas eran bastante sosas.
Al día siguiente tuve que volver para hacer una prueba y estaba claro que si tenían que escoger a uno de los tres, yo iba a ser el elegido. Al final me contrataron a mí y a otra de las chicas, y aunque parezca sorprendente me ubicaron en deportes. Para no esperar nada de mí, algo debí hacer bien, ya que al mes me facilitaron un equipo de trabajo propio, siendo el único colaborador que contaba con esta ventaja. Pocos días después, el periodista que tenía la plaza de fijo en deportes se marchó y me la ofrecieron a mí.
La rechacé porque un par de semanas antes me habían llamado del AS para ofrecerme un puesto de colaborador, lo cual estaba muy bien porque podía compaginar ambos trabajos. Si hubiera aceptado quedarme como fijo, no habría podido continuar en el AS y eso ni se me pasaba por la cabeza, mucho más cuando mis compañeros habían luchado durante varios meses para que en Madrid dieran el visto bueno a tenerme como colaborador.
A los tres días de rechazar la oferta recibí una llamada muy sospechosa en la que me pedían que llevara el equipo a la redacción para una revisión técnica. Lo llevé y ésa fue la última llamada que recibí de aquel medio, ya que optaron por marginarme en vez de decirme claramente que ya no querían contar conmigo por haber rechazado el puesto de fijo. Fallaron las formas al principio y, como no podía ser de otra forma, fallaron las formas al final.
Yo se d q medio tas hablando.......
ResponderEliminargraciosa historia,no me la habias contao. mira,x lo menos ya has tenio al entrevista mala,si necesitas otras dudo q sean peor....jajaja. a mi en una entrevista me pusieron un examen!!!
yo pa acer practicas en el as tuve q acer un examen tb
ResponderEliminarme quiere sonar que el examen fue una autentica broma verdad? algo me suena
ResponderEliminarq examen? el de naxo o el mio? el mio fueron unas preguntas sobre deporte, lue tuve q distinguir una serie de caras y pa terminar tuve q poner un titular y no se q mas a una noticia
ResponderEliminar