Cuadro de honor
-Campeón: Italia
-Subcampeón: Alemania
-Tercero: Polonia
-Cuarto: Francia
-Mejor jugador: Paolo Rossi (Italia)
-Máximo goleador: Paolo Rossi (Italia), con 6 goles
El Mundial de los villanos
El Mundial de España fue el Mundial de los villanos: el amaño entre Austria y Alemania, los arbitrajes antisoviéticos, las patadas de Gentile a Maradona, la salida de Schumacher sobre Battison, el escándalo protagonizado por un jeque kuwaití en Valladolid… Pero también hubo cosas positivas, como el espectáculo que ofrecía Brasil en cada uno de sus partidos, la gran semifinal que brindaron Italia y Francia o la magnífica actuación de Paolo Rossi, que con sus goles se coronó rey del planeta fútbol.
El Mundial creció en cuanto a selecciones se refiere. De 16 participantes se pasó a 24, divididos en seis grupos de cuatro equipos. Los dos primeros pasaban a la segunda fase, compuesta por cuatro grupos de tres, y el campeón resultante en cada uno de ellos se clasificaba para semifinales. Esta ampliación permitió que Honduras, Kuwait o Nueva Zelanda participaran por primera vez, dando un toque más exótico y global al torneo. Eso sí, Holanda, subcampeona en las dos últimas ediciones, no logró la clasificación.
La mascota del Mundial fue Naranjito (foto de la izquierda), una naranja vestida con los colores de España, mientras que Adidas repitió el modelo Tango de 1978, aunque con una variación: se combinó el cuero con el poliuretano.
Hasta 17 estadios acogerían partidos de la Copa del Mundo: Vicente Calderón (Madrid), Sarriá (Barcelona), Sánchez Pizjuán (Sevilla), La Rosaleda (Málaga), Balaídos (Vigo), Riazor (La Coruña), Benito Villamarín (Sevilla), El Molinón (Gijón), Carlos Tartiere (Oviedo), José Rico Rérez (Alicante), Nuevo Estadio (Elche), San Mamés (Bilbao), Nuevo José Zorrilla (Valladolid), Luis Casanova (Valencia), La Romareda (Zaragoza), Camp Nou (Barcelona) y Santiago Bernabéu (Madrid), donde tendría lugar la final (foto de arriba a la derecha).
La anécdota tuvo lugar en el sorteo del campeonato. El evento se celebró en el Palacio de Exposiciones y Congresos y fue emitido por Eurovisión a más de 500 millones de personas. En los bombos de la Lotería se introdujeron unos baloncitos con el nombre de cada país en su interior y en cuanto empezó a girar el bombo, se abrieron las bolas y llegó el caos.
Pésimo papel del anfitrión
España no tenía un grupo muy complicado: Yugoslavia, Honduras e Irlanda del Norte. Un hecho para el optimismo, mucho más si se tenía en cuenta el papel que habían desempeñado las selecciones anfitrionas en las tres últimas ediciones: Inglaterra, Alemania y Argentina se habían proclamado campeonas en su propio país.
Pero todo ese optimismo desapareció de un plumazo. La selección de Santamaría se vio incapaz de superar a Honduras, que se adelantó en el marcador y sólo cedió mediante un penalti transformado por López Ufarte. Ya no había margen de error y el siguiente rival iba a ser Yugoslavia.
Gudelj adelantó a su selección y España necesitó la ayuda del árbitro para empatar. El danés Sorensen señaló un penalti a favor de los anfitriones. La falta era clara, pero el problema radicaba en que fue claramente fuera del área. López Ufarte lanzó la pena máxima, falló y el colegiado mandó repetir. En esta segunda ocasión Juanito no erró desde los once metros (foto de arriba a la izquierda). Ya en la segunda parte, Saura alimentaba el sueño español con el gol del triunfo.
El ridículo se completaría en el tercer encuentro. España, que de haber ganado hubiera logrado la primera plaza, se enfrentaba a Irlanda del Norte, un rival bastante inferior y cuyos jugadores se pasaban el día bebiendo cervezas. Pero los hombres de Santamaría nunca estuvieron a la altura y cayeron derrotados por 0-1. España se clasificó como segunda de grupo y en su camino se las vería con Inglaterra y Alemania. Una misión prácticamente imposible que terminaría siendo totalmente imposible.
Primera fase
El grupo A fue el grupo de los empates. Los primeros cuatro partidos acabaron en tablas, por lo que los cuatro equipos llegaron con opciones a la última jornada. Polonia, en el último Mundial de Lato, goleó 5-1 a Perú y fue primera, mientras que Italia cosechó un nuevo empate y se clasificó al tener en su haber un gol más que Camerún.
El grupo B se hizo famoso por el tongo que protagonizaron Alemania y Austria (foto de la derecha). Argelia llegaba con opciones a la última jornada, pero una victoria por la mínima de los germanos les dejaba fuera si no goleaban a Chile. Hrubesch adelantó a Alemania a los diez minutos y a partir de ahí uno y otro equipo se dedicaron a especular con el resultado. La prueba de ello es que no hubo ni un tiro a puerta más en todo el encuentro. El público les gritó el famoso ‘que se besen, que se besen’, el seleccionador argelino pidió la descalificación de los dos equipos y el seleccionador francés solicitó el Nobel de la Paz para ambas selecciones, que se clasificaron a la segunda fase por la puerta de atrás.
En el grupo C había mucha expectación por la presencia de Maradona, fichado con 21 años por el Barça ese mismo verano. Pero las cosas no salieron como él quiso. Bélgica derrotó a la albiceleste y el Pelusa ni quiso estrechar la mano con los belgas ni aceptó cambiarse la camiseta con Gerets. Posteriormente, Argentina se impondría a Hungría, que en la primera jornada logró la mayor goleada de la historia de la Copa del Mundo con un contundente 10-1, y a El Salvador, que contaba en sus filas con el talento de Mágico González (foto de arriba a la izquierda). Maradona terminaría esta primera fase con dos goles.
En el grupo D se produjo uno de los mayores escándalos del torneo. Todo iba tan tranquilo en el Francia-Kuwait, con 3-1 en el electrónico, cuando los galos lograron el cuarto con toda la defensa rival inmóvil. Los jugadores asiáticos reclamaban que el árbitro había hecho sonar su silbato y el jeque Fahad bajó al terreno de juego a pedirle explicaciones al colegiado (foto de arriba a la derecha), que finalmente no concedió el gol. Ante esta postura, los galos abandonaron el campo. Hidalgo les convenció para regresar y terminaron ganando 4-1. La otra actuación lamentable fue la de los hooligans ingleses, que celebraron con graves incidentes los tres triunfos de su selección.
En el grupo F brilló por encima de todo el juego de Brasil, guiada por un sensacional Zico, el Pelé blanco. Sus dos defectos radicaban en la portería y en la punta de ataque, donde tenían un delantero centro bastante fallón. Eso casi les cuesta caro frente a la URSS. Se salvó gracias a que el colegiado dejó de pitar un penalti a favor de los soviéticos y a una gran cabalgada de veinte metros de Sócrates que acabó con el esférico en la escuadra de Dasaev. La canarinha también tuvo un comienzo de partido complicado frente a Escocia, que se adelantó en el marcador, pero acabó goleando por 4-1. En el último partido se paseó ante Nueva Zelanda y Zico se lució con un golazo de chilena (foto de arriba a la izquierda). Este grupo también estuvo marcado por las sospechosas decisiones arbitrales en contra de la URSS, que acabó segunda.
Segunda fase
En el grupo 1 se enfrentaron dos países vecinos. Polonia había ganado 3-0 a Bélgica con tres goles de Boniek (foto de la derecha), que confirmó los destellos de calidad que había dejado cuatro años antes, mientras que la URSS sólo pudo vencer por la mínima. Por tanto, en el último y decisivo encuentro del grupo, el empate a cero clasificó a los polacos, que tendrían que jugar las semifinales sin Boniek por acumulación de tarjetas.
En el grupo 2, Inglaterra y Alemania empataron a cero en el primer partido. Después, los germanos ganaron por 2-1 a España, por lo que los ingleses necesitaban ganar a los anfitriones por más de dos goles y al final no pasaron del empate. Incluso el seleccionador inglés recurrió a Keegan (foto de la izquierda), que se encontraba lesionado, en el tramo final, pero ni con su gran estrella en el campo lograron hacer un solo gol.
El grupo 3 fue el más duro de todos: Brasil, Italia y Argentina. El primer partido de todos se hizo famoso por el marcaje de Gentile a Maradona (foto de la derecha) y la permisividad del colegiado, ya que el italiano realizó veinte faltas sobre el Pelusa sin recibir amonestación alguna. Los transalpinos ganaron por 2-1. En el segundo encuentro Brasil ganó por 3-1 a la albiceleste y dejó la imagen de Maradona abandonando el campo totalmente derrotado tras haber sido expulsado por una dura entrada sobre Batista. Por tanto, brasileños e italianos se jugaron el pase a semifinales en la última jornada. El choque fue espectacular y tuvo un nombre propio: Paolo Rossi. El italiano estuvo a punto de no jugar el torneo porque había sido sancionado por tres años tras descubrirse que había recibido sobornos para amañar partidos. La sanción se le rebajó, fichó por la Juventus y regresó a la selección. No llevaba ni un solo gol en todo el torneo… hasta el partido contra Brasil. Y es que Italia ganó por 3-2 con un hat-trick del Bambino. El goleador había despertado, algo que resultaría decisivo en el devenir del campeonato.
En el grupo 4, Francia no dejó escapar su gran oportunidad. Era bastante superior a Austria e Irlanda del Norte y en sus filas contaba con uno de los jugadores del momento, Platíni (foto de la izquierda), que se encontraba en una magnífica forma y dirigía magistralmente a sus compañeros desde el centro del campo. Los galos ganaron 1-0 a los austriacos y 4-1 a los irlandeses. Casi sin esfuerzo se habían convertido en favoritos.
Semifinales
Rossi (derecha) había llevado a Italia hasta las semifinales y también la llevó hasta la final. Suyos fueron los dos goles en la victoria por 2-0 contra Polonia, que notó excesivamente sus bajas. El encuentro no resultó ser muy vistoso y los transalpinos ganaron gracias al acierto de su goleador y al gran trabajo de su defensa, donde destacaron Scirea y Cabrini.
La semifinal entre Alemania y Francia resultó ser uno de los partidos más espectaculares de la historia de la Copa del Mundo. Los alemanes llegaban diezmados por un virus estomacal, pero su fe les dio la oportunidad de obrar el milagro. Los noventa minutos acabaron con empate a uno, por lo que se llegó a la prórroga y una vez ahí, Trésor y Giresse ponían el 3-1 en el electrónico. El choque parecía sentenciado, pero Rummenigge acortó distancias y Fischer puso las tablas cuando los galos celebraban su clasificación. Iba a ser el primer encuentro de un Mundial que se iba a decidir en la tanda de penaltis y Alemania ganó gracias a dos paradas de Schumacher, que antes había protagonizado una de las jugadas más violentas del campeonato (foto de arriba a la izquierda): el guardameta salió brutalmente en busca de la pelota y se llevó por delante a Battiston, que salió del campo con conmoción cerebral y dos dientes menos.
Final
La final comenzó de forma espectacular con un penalti a favor de Italia, pero Cabrini erró en el lanzamiento y el marcador no se movería en toda la primera parte. En Alemania apenas apareció Rummenigge (derecha), afectado por una gripe, mientras que Rossi ya dejó algunos destellos durante el primer periodo. Esos destellos se convirtieron en un disparo mortal cuando al cuarto de hora de la reanudación puso el 1-0 en el marcador.
A partir de ese momento, Italia se cerró atrás esperando una contra para sentenciar el choque. Y ésta llegó a falta de veinte minutos, cuando Tardelli definió una gran jugada de equipo. Diez minutos más tarde Altobelli ponía el 3-0 y de nada sirvió el gol de Breitner. Sandro Pertini, el presidente de la República, botaba como un tifosi más ante la mirada del rey Juan Carlos, mientras que Dino Zoff (foto de arriba a la izquierda), a sus 40 años, levantaba la Copa del Mundo.
-Campeón: Italia
-Subcampeón: Alemania
-Tercero: Polonia
-Cuarto: Francia
-Mejor jugador: Paolo Rossi (Italia)
-Máximo goleador: Paolo Rossi (Italia), con 6 goles
El Mundial de los villanos
El Mundial de España fue el Mundial de los villanos: el amaño entre Austria y Alemania, los arbitrajes antisoviéticos, las patadas de Gentile a Maradona, la salida de Schumacher sobre Battison, el escándalo protagonizado por un jeque kuwaití en Valladolid… Pero también hubo cosas positivas, como el espectáculo que ofrecía Brasil en cada uno de sus partidos, la gran semifinal que brindaron Italia y Francia o la magnífica actuación de Paolo Rossi, que con sus goles se coronó rey del planeta fútbol.
El Mundial creció en cuanto a selecciones se refiere. De 16 participantes se pasó a 24, divididos en seis grupos de cuatro equipos. Los dos primeros pasaban a la segunda fase, compuesta por cuatro grupos de tres, y el campeón resultante en cada uno de ellos se clasificaba para semifinales. Esta ampliación permitió que Honduras, Kuwait o Nueva Zelanda participaran por primera vez, dando un toque más exótico y global al torneo. Eso sí, Holanda, subcampeona en las dos últimas ediciones, no logró la clasificación.
La mascota del Mundial fue Naranjito (foto de la izquierda), una naranja vestida con los colores de España, mientras que Adidas repitió el modelo Tango de 1978, aunque con una variación: se combinó el cuero con el poliuretano.
Hasta 17 estadios acogerían partidos de la Copa del Mundo: Vicente Calderón (Madrid), Sarriá (Barcelona), Sánchez Pizjuán (Sevilla), La Rosaleda (Málaga), Balaídos (Vigo), Riazor (La Coruña), Benito Villamarín (Sevilla), El Molinón (Gijón), Carlos Tartiere (Oviedo), José Rico Rérez (Alicante), Nuevo Estadio (Elche), San Mamés (Bilbao), Nuevo José Zorrilla (Valladolid), Luis Casanova (Valencia), La Romareda (Zaragoza), Camp Nou (Barcelona) y Santiago Bernabéu (Madrid), donde tendría lugar la final (foto de arriba a la derecha).
La anécdota tuvo lugar en el sorteo del campeonato. El evento se celebró en el Palacio de Exposiciones y Congresos y fue emitido por Eurovisión a más de 500 millones de personas. En los bombos de la Lotería se introdujeron unos baloncitos con el nombre de cada país en su interior y en cuanto empezó a girar el bombo, se abrieron las bolas y llegó el caos.
Pésimo papel del anfitrión
España no tenía un grupo muy complicado: Yugoslavia, Honduras e Irlanda del Norte. Un hecho para el optimismo, mucho más si se tenía en cuenta el papel que habían desempeñado las selecciones anfitrionas en las tres últimas ediciones: Inglaterra, Alemania y Argentina se habían proclamado campeonas en su propio país.
Pero todo ese optimismo desapareció de un plumazo. La selección de Santamaría se vio incapaz de superar a Honduras, que se adelantó en el marcador y sólo cedió mediante un penalti transformado por López Ufarte. Ya no había margen de error y el siguiente rival iba a ser Yugoslavia.
Gudelj adelantó a su selección y España necesitó la ayuda del árbitro para empatar. El danés Sorensen señaló un penalti a favor de los anfitriones. La falta era clara, pero el problema radicaba en que fue claramente fuera del área. López Ufarte lanzó la pena máxima, falló y el colegiado mandó repetir. En esta segunda ocasión Juanito no erró desde los once metros (foto de arriba a la izquierda). Ya en la segunda parte, Saura alimentaba el sueño español con el gol del triunfo.
El ridículo se completaría en el tercer encuentro. España, que de haber ganado hubiera logrado la primera plaza, se enfrentaba a Irlanda del Norte, un rival bastante inferior y cuyos jugadores se pasaban el día bebiendo cervezas. Pero los hombres de Santamaría nunca estuvieron a la altura y cayeron derrotados por 0-1. España se clasificó como segunda de grupo y en su camino se las vería con Inglaterra y Alemania. Una misión prácticamente imposible que terminaría siendo totalmente imposible.
Primera fase
El grupo A fue el grupo de los empates. Los primeros cuatro partidos acabaron en tablas, por lo que los cuatro equipos llegaron con opciones a la última jornada. Polonia, en el último Mundial de Lato, goleó 5-1 a Perú y fue primera, mientras que Italia cosechó un nuevo empate y se clasificó al tener en su haber un gol más que Camerún.
El grupo B se hizo famoso por el tongo que protagonizaron Alemania y Austria (foto de la derecha). Argelia llegaba con opciones a la última jornada, pero una victoria por la mínima de los germanos les dejaba fuera si no goleaban a Chile. Hrubesch adelantó a Alemania a los diez minutos y a partir de ahí uno y otro equipo se dedicaron a especular con el resultado. La prueba de ello es que no hubo ni un tiro a puerta más en todo el encuentro. El público les gritó el famoso ‘que se besen, que se besen’, el seleccionador argelino pidió la descalificación de los dos equipos y el seleccionador francés solicitó el Nobel de la Paz para ambas selecciones, que se clasificaron a la segunda fase por la puerta de atrás.
En el grupo C había mucha expectación por la presencia de Maradona, fichado con 21 años por el Barça ese mismo verano. Pero las cosas no salieron como él quiso. Bélgica derrotó a la albiceleste y el Pelusa ni quiso estrechar la mano con los belgas ni aceptó cambiarse la camiseta con Gerets. Posteriormente, Argentina se impondría a Hungría, que en la primera jornada logró la mayor goleada de la historia de la Copa del Mundo con un contundente 10-1, y a El Salvador, que contaba en sus filas con el talento de Mágico González (foto de arriba a la izquierda). Maradona terminaría esta primera fase con dos goles.
En el grupo D se produjo uno de los mayores escándalos del torneo. Todo iba tan tranquilo en el Francia-Kuwait, con 3-1 en el electrónico, cuando los galos lograron el cuarto con toda la defensa rival inmóvil. Los jugadores asiáticos reclamaban que el árbitro había hecho sonar su silbato y el jeque Fahad bajó al terreno de juego a pedirle explicaciones al colegiado (foto de arriba a la derecha), que finalmente no concedió el gol. Ante esta postura, los galos abandonaron el campo. Hidalgo les convenció para regresar y terminaron ganando 4-1. La otra actuación lamentable fue la de los hooligans ingleses, que celebraron con graves incidentes los tres triunfos de su selección.
En el grupo F brilló por encima de todo el juego de Brasil, guiada por un sensacional Zico, el Pelé blanco. Sus dos defectos radicaban en la portería y en la punta de ataque, donde tenían un delantero centro bastante fallón. Eso casi les cuesta caro frente a la URSS. Se salvó gracias a que el colegiado dejó de pitar un penalti a favor de los soviéticos y a una gran cabalgada de veinte metros de Sócrates que acabó con el esférico en la escuadra de Dasaev. La canarinha también tuvo un comienzo de partido complicado frente a Escocia, que se adelantó en el marcador, pero acabó goleando por 4-1. En el último partido se paseó ante Nueva Zelanda y Zico se lució con un golazo de chilena (foto de arriba a la izquierda). Este grupo también estuvo marcado por las sospechosas decisiones arbitrales en contra de la URSS, que acabó segunda.
Segunda fase
En el grupo 1 se enfrentaron dos países vecinos. Polonia había ganado 3-0 a Bélgica con tres goles de Boniek (foto de la derecha), que confirmó los destellos de calidad que había dejado cuatro años antes, mientras que la URSS sólo pudo vencer por la mínima. Por tanto, en el último y decisivo encuentro del grupo, el empate a cero clasificó a los polacos, que tendrían que jugar las semifinales sin Boniek por acumulación de tarjetas.
En el grupo 2, Inglaterra y Alemania empataron a cero en el primer partido. Después, los germanos ganaron por 2-1 a España, por lo que los ingleses necesitaban ganar a los anfitriones por más de dos goles y al final no pasaron del empate. Incluso el seleccionador inglés recurrió a Keegan (foto de la izquierda), que se encontraba lesionado, en el tramo final, pero ni con su gran estrella en el campo lograron hacer un solo gol.
El grupo 3 fue el más duro de todos: Brasil, Italia y Argentina. El primer partido de todos se hizo famoso por el marcaje de Gentile a Maradona (foto de la derecha) y la permisividad del colegiado, ya que el italiano realizó veinte faltas sobre el Pelusa sin recibir amonestación alguna. Los transalpinos ganaron por 2-1. En el segundo encuentro Brasil ganó por 3-1 a la albiceleste y dejó la imagen de Maradona abandonando el campo totalmente derrotado tras haber sido expulsado por una dura entrada sobre Batista. Por tanto, brasileños e italianos se jugaron el pase a semifinales en la última jornada. El choque fue espectacular y tuvo un nombre propio: Paolo Rossi. El italiano estuvo a punto de no jugar el torneo porque había sido sancionado por tres años tras descubrirse que había recibido sobornos para amañar partidos. La sanción se le rebajó, fichó por la Juventus y regresó a la selección. No llevaba ni un solo gol en todo el torneo… hasta el partido contra Brasil. Y es que Italia ganó por 3-2 con un hat-trick del Bambino. El goleador había despertado, algo que resultaría decisivo en el devenir del campeonato.
En el grupo 4, Francia no dejó escapar su gran oportunidad. Era bastante superior a Austria e Irlanda del Norte y en sus filas contaba con uno de los jugadores del momento, Platíni (foto de la izquierda), que se encontraba en una magnífica forma y dirigía magistralmente a sus compañeros desde el centro del campo. Los galos ganaron 1-0 a los austriacos y 4-1 a los irlandeses. Casi sin esfuerzo se habían convertido en favoritos.
Semifinales
Rossi (derecha) había llevado a Italia hasta las semifinales y también la llevó hasta la final. Suyos fueron los dos goles en la victoria por 2-0 contra Polonia, que notó excesivamente sus bajas. El encuentro no resultó ser muy vistoso y los transalpinos ganaron gracias al acierto de su goleador y al gran trabajo de su defensa, donde destacaron Scirea y Cabrini.
La semifinal entre Alemania y Francia resultó ser uno de los partidos más espectaculares de la historia de la Copa del Mundo. Los alemanes llegaban diezmados por un virus estomacal, pero su fe les dio la oportunidad de obrar el milagro. Los noventa minutos acabaron con empate a uno, por lo que se llegó a la prórroga y una vez ahí, Trésor y Giresse ponían el 3-1 en el electrónico. El choque parecía sentenciado, pero Rummenigge acortó distancias y Fischer puso las tablas cuando los galos celebraban su clasificación. Iba a ser el primer encuentro de un Mundial que se iba a decidir en la tanda de penaltis y Alemania ganó gracias a dos paradas de Schumacher, que antes había protagonizado una de las jugadas más violentas del campeonato (foto de arriba a la izquierda): el guardameta salió brutalmente en busca de la pelota y se llevó por delante a Battiston, que salió del campo con conmoción cerebral y dos dientes menos.
Final
La final comenzó de forma espectacular con un penalti a favor de Italia, pero Cabrini erró en el lanzamiento y el marcador no se movería en toda la primera parte. En Alemania apenas apareció Rummenigge (derecha), afectado por una gripe, mientras que Rossi ya dejó algunos destellos durante el primer periodo. Esos destellos se convirtieron en un disparo mortal cuando al cuarto de hora de la reanudación puso el 1-0 en el marcador.
A partir de ese momento, Italia se cerró atrás esperando una contra para sentenciar el choque. Y ésta llegó a falta de veinte minutos, cuando Tardelli definió una gran jugada de equipo. Diez minutos más tarde Altobelli ponía el 3-0 y de nada sirvió el gol de Breitner. Sandro Pertini, el presidente de la República, botaba como un tifosi más ante la mirada del rey Juan Carlos, mientras que Dino Zoff (foto de arriba a la izquierda), a sus 40 años, levantaba la Copa del Mundo.