Días de resaca y conversaciones post salida nocturna

Si he de ser sincero no sabía de qué escribir hasta que me ha venido a la cabeza una frase que hace dos semanas soltó un amigo mío cuando estábamos tirados en la playa: “Hacemos lo mismo que cuando teníamos 18 años, con la diferencia de que en aquella época en vez de estar muriéndonos de la resaca, estaríamos jugando un partido de fútbol y deseando que llegue la noche para liarla de nuevo, mucho más siendo la última noche. Ahora, en cambio, nos da pereza el hecho de pensar que aún tenemos que salir una noche más”.

La frase no deja de ser una realidad: me hago mayor, nos hacemos mayores. Recuerdo la época en la que podía jugar hasta dos partidos aunque hubiera salido la noche anterior. Ahora no me da ni para jugar uno. Y eso no es todo: me duele la cabeza con más facilidad, las lagunas son mayores, el malestar me dura todo el día y la pereza se me apodera hasta el punto de poder pasarme todo el día en mi cuarto en el mundo Tuenti, subiendo fotos, hablando por el chat o escribiendo comentarios bastante chorras.

Por suerte hay varias cosas que me impiden convertirme en un elemento decorativo más de mi cuarto: el trabajo, este blog, la jornada de Liga y las conversaciones post salida nocturna, que tienen como finalidad completar entre varios amigos las lagunas de lo que sucedió la noche anterior en la medida de los posible y revivir los mejores momentos para echarte unas risas.

Pero dichas conversaciones engloban otros aspectos secundarios, como las típicas promesas que sólo duran hasta el siguiente fin de semana. ¿Cuántas veces habré oído yo decir a algún amigo que ya no va a beber más? ¿Cuántas veces habré llegado a decir que no volvería a tomarme un chupito de tequila en la vida? Creo que no tengo dedos suficientes para contarlas.

Y ahí no acaba la cosa. Podemos encontrar al amigo que pide perdón al resto por lo que quisiera que hiciera la noche anterior cuando posiblemente ya pidió perdón mil veces sin acordarse de ello. También al que se arrepiente de algo que en su momento le pareció una gran idea y que en realidad fue una auténtica cagada (cuanto mal han hecho los mensajes de móvil a la vida nocturna). Y por último está el que se acuerda de todo y le hace recordar al resto cosas que realmente no quieren recordar.

Como se puede observar, el mundo de las resacas es más complejo de lo que parece, tanto, que hay mil formas de pasarlas. Además de estar todo el día delante del ordenador, uno puede echarse la siesta del siglo, ver una película de risas o tiros, dejarse caer en la cama mientras escucha música o Carrusel Deportivo, recurrir a las drogas en forma de aspirina o darse un bañito en la piscina en épocas veraniegas. Que cada uno elija la que más le guste y hasta el sábado que viene.

6 comentarios:

  1. no se en kien t basabas xa ciertas cosas....jajajaja. nos hacems mayores y hay q aceptarlo. yo toy planeando empezar a aprovexar ls domingos a hacer cosas productivas...me toy conviertiendo en un viejoooooo

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  2. desde q as empezao a trabajar es como si ubieras envejecido cinco años de golpe, jajajaja

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  3. yo estoy pensando en jubilarme...

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  4. yo estoy pensando en jubilarme...

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  5. Venga, que a nuestra edad digais que nos estamos haciendo mayores, es para mataros. Para mí es la mejor época,como esta semana santa, q ha sido de las mejores.Aunq estoy de acuerdo cn nacho, no se si lo estaría diciendo en serio jeje.
    Borja.

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  6. oye, q una cosa es q yo aya dixo q nos acemos mayores y otra q me considere un viejo. yo stoy exo un xaval

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