Uruguay 1930: La Copa del Mundo se hace realidad

Cuadro de honor

-Campeón: Uruguay
-Subcampeón: Argentina
-Tercero: Estados Unidos
-Cuarto: Yugoslavia
-Mejor jugador: Héctor Scarone (Uruguay)
-Máximo goleador: Guillermo Stábile (Argentina), con 8 goles


Orígenes

El francés Jules Rimet (foto de la izquierda) fue el gran impulsor de la Copa del Mundo desde que llegó a la presidencia de la FIFA en 1921. Se trataba de una aspiración del máximo organismo del fútbol desde 1904, aunque por cuestiones económicas había quedado en el olvido. Pero tras los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920, los miembros de la FIFA se dieron cuenta de que el fútbol podía arrojar unos beneficios bastante importantes, por lo que reconocieron el Torneo Olímpico de Fútbol como un Campeonato del Mundo amateur.

El problema radicaba en que varios países como España ya habían establecido el profesionalismo. Además, el Comité Olímpico Internacional decidió prescindir del fútbol para los Juegos de 1932, por lo que Jules Rimet promovió una Copa del Mundo donde todas las selecciones pudieran acudir con sus mejores jugadores.

En 1928, durante el Congreso de Amsterdam, se decidió crear una competición abierta a todos los equipos de las asociaciones afiliadas a la FIFA. Posteriormente, en Zurich y Ginebra, se concretaron los detalles: el torneo se llamaría Copa del Mundo, se celebraría cada cuatro años y el país organizador debería cubrir todos los gastos de la organización, así como de la estancia y los desplazamientos de los equipos, árbitros y miembros del comité organizador.


Elección de la sede

La elección de la sede tuvo lugar en el Congreso de Barcelona. Los países candidatos eran España, Italia, Hungría y Uruguay. Jules Rimet, que quería llevar el primer Mundial a América y más concretamente al país charrúa, oro en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, logró que las tres candidaturas europeas se retiraran, por lo que Uruguay fue elegida por unanimidad como sede de la primera Copa del Mundo. Los partidos se disputarían en tres estadios, todos ellos en Montevideo, de los cuales, el Estadio Centenario (foto de arriba a la izquierda) acogería la final.


Boicot europeo

Posteriormente, los intereses de los clubes europeos, que se negaban a prestar a sus jugadores durante tres meses, darían al traste con una representación digna de las selecciones más poderosas. De hecho, Uruguay no entendió las excusas de España e Italia y por ello se negó a concretar amistosos con estos dos países durante mucho tiempo, además de no acudir a los Mundiales de Italia’34 y Francia’38.

Por tanto, sólo Francia, presionada por Rimet, Bélgica, Yugoslavia y Rumanía cruzaron el Atlántico en barco para disputar la Copa del Mundo. Además, Egipto no podía llegar a tiempo al inicio del campeonato, por lo que un torneo de 16 equipos participantes se quedó en uno de 13, con tres grupos de tres y uno de cuatro. Los cuatro campeones de grupo pasarían a semifinales.


Primera fase

Los dos primeros partidos de un Mundial se disputaron de forma simultánea el 13 de julio. Fueron un Estados Unidos-Bélgica y un Francia-México, encuentro en el que el jugador francés Laurent marcó el primer gol mundialista a los 19 minutos de juego.

En el grupo 1 Argentina mostró su superioridad desde el primer partido y Guillermo Stábile (foto de la derecha) presentó sus credenciales con cinco goles en dos partidos, que lo colocaban en la cabeza de los goleadores. Chile, a pesar de caer eliminada, fue la gran revelación tras quedar por encima de Francia.

En el grupo 2 Yugoslavia se erigió como el máximo referente europeo tras eliminar a Brasil, mientras que en el grupo 3 Uruguay, máximo favorito, confirmaba las expectativas que se habían creado en torno al equipo. Por su parte, en el grupo 4, Estados Unidos goleó a todos sus rivales y se plantó en las semifinales con la idea de ahogar la fiesta a sus vecinos del sur: Argentina y Uruguay.


Semifinales y final

Ese deseo no tuvo nada que ver con la realidad. Tras un sospechoso sorteo, Argentina se enfrentó a los norteamericanos en la primera semifinal, endosándoles un contundente 6-1. Un día más tarde, Uruguay no quiso ser menos y repitió goleada frente a Yugoslavia. No hubo sorpresas y las dos mejores selecciones se iban a enfrentar en la final, una final denominada la Batalla del Río de La Plata. Ésta tuvo lugar el 30 de julio.

El partido fue duro, tosco y lleno de alternativas. Pablo Dorado abrió el marcador a favor de los locales a los doce minutos, pero el argentino Carlos Paucelle empató ocho minutos después. A siete minutos para el descanso Stábile puso por delante a la albiceleste, pero tras la reanudación, Pedro Cea, Iriarte y Héctor Castro pusieron el 4-2 definitivo, confirmando a la selección uruguaya como la mejor del planeta y a Héctor Scarone (foto de arriba a la izquierda) como el mejor jugador del mundo.

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