Suiza 1954: El milagro de Berna

Cuadro de honor

-Campeón: Alemania
-Subcampeón: Hungría
-Tercero: Austria
-Cuarto: Uruguay
-Mejor jugador: Bozsik (Hungría)
-Máximo goleador: Kocsis (Hungría), con 11 goles


En la sede de la FIFA

Varias fueron las razones por las que Suiza acogió el Mundial de 1954, como por ejemplo que la FIFA cumplía 50 años y su sede se encontraba en el país helvético. Era el escenario adecuado para la despedida de Jules Rimet, que a sus 80 años había decidido no presentarse a la reelección. Además, la situación económica de Suiza era la más saneada del continente europeo al haber permanecido neutral durante la Segunda Guerra Mundial.


La televisión hace su aparición

Éste fue el primer Mundial en el que hicieron acto de presencia las cámaras de televisión. Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Italia, Dinamarca, Holanda, Suiza y Alemania lo disfrutaron por Eurovisión. También fue la aparición de las firmas de material deportivo y los jugadores debían estar inscritos con un número del 1 al 22 que deberían usar como dorsal fijo.

Hasta seis ciudades se hicieron cargo de la organización de la Copa del Mundo: Ginebra, Lausana, Basilea, Lugano, Zurich y Berna, que acogió la final en el Wankdorf Stadion (foto de la izquierda). Por suerte para Suiza, se trató del Mundial más goleador de la historia: 140 goles en 26 partidos, resultando una media de 5,38 tantos por encuentro.


Un niño elimina a España

En la fase de clasificación para este Mundial comenzaron a quedar eliminadas algunas de las consideradas como grandes selecciones del momento. Suecia, tercera en el anterior Mundial, cayó derrotada ante Bélgica, mientras que España no pudo con Turquía.

Tras vencer en sus respectivos encuentros como locales, Roma acogió el partido de desempate. El resultado final, tras prórroga incluida, reflejaba un empate a dos, por lo que la eliminatoria se decidió por sorteo. La mano inocente fue la de un niño italiano, Franco Gemma, que sacó la papeleta de Turquía y dejó a España sin billete para la Copa del Mundo.


Extraño sistema de clasificación

La FIFA ideó un nuevo formato de clasificación sin precedentes durante las liguillas de la primera fase para aligerar el calendario. Se nombró a ocho selecciones cabezas de serie y por sorteo se formaron los grupos. En cada uno se encuadrarían cuatro equipos, de los cuales, dos serían cabezas de serie y no se enfrentarían entre sí. Consiguiendo tres puntos se obtenía la clasificación (un triunfo y un empate) para cuartos de final. En igualdad a puntos para el segundo puesto había un partido de desempate.


Primera fase

La gran favorita para hacerse con el título de campeón era la Hungría de los Kocsis, Bozsik, Puskas y Czibor, que llevaba 28 encuentros invicta. Y ese papel lo acató sin problemas desde el primer momento: goleó 9-0 a Corea del Sur y 8-3 a Alemania, que regresaba a un Mundial tras la prohibición de Brasil’50. Kocsis fue el auténtico verdugo de los germanos con cuatro tantos, pero la lesión de Puskas (foto de arriba a la izquierda) fue la peor noticia para los magiares. Alemania logró clasificarse para cuartos de final tras golear a Turquía en el partido de desempate.

Brasil fue primera de su grupo tras imponerse a México y empatar frente a Yugoslavia, que logró ser segunda tras vencer por la mínima a Francia con un tanto de Milutinovic. Uruguay y Austria dominaron en el grupo 3, mientras que Suiza dejaba fuera a los italianos en el partido de desempate de un grupo liderado por Inglaterra.


Cuartos de final

Berna vivió una batalla campal en cuartos de final. El partido entre Hungría y Brasil se presentaba como uno de los encuentros más atractivos del torneo y acabó siendo uno de los espectáculos más lamentables de la historia de la Copa del Mundo. Mediada la segunda parte, con 2-1 en el marcador a favor de Hungría, el árbitro señaló un penalti sobre Kocsis.

Los brasileños protestaron y ante la inutilidad de su acción, comenzaron la caza del hombre. Humberto agredió a Hidegkuti y entraron los cuidadores. Se formó un tumulto y Nilton Santos y Bozsik (foto de la derecha), que a pesar de este incidente fue elegido mejor jugador del campeonato, se enzarzaron a puñetazo limpio. Ambos acabaron expulsados y cuando parecía que todo había pasado con el pitido final, Humberto fue expulsado y la pelea se reanudó camino de los vestuarios. Intervino la policía y llovieron botellas y golpes, causando varios heridos.

En la eliminatoria entre Uruguay e Inglaterra, Varela (foto de la izquierda) fue clave para la victoria de la selección charrúa. Puso por delante a su selección y permaneció en el campo a pesar de sufrir un desgarro muscular. En cuanto a Yugoslavia, partía como favorita frente a Alemania, pero los germanos poco a poco se iban afirmando en juego y carácter y terminaron accediendo a semifinales.

El partido más atractivo tuvo lugar en Lausana. Frente a frente las selecciones de Suiza y Austria. Los helvéticos comenzaron mandando gracias a un gran comienzo que puso el 3-0 en el marcador. Pero los austriacos reaccionaron y finalmente protagonizaron el partido más goleador de la historia de la Copa del Mundo. Austria accedía a semifinales tras ganar por 7-5.


Semifinales y final

Ante la sorpresa general, Alemania pasó por encima de los austriacos, mientras que Uruguay y Hungría brindaron un encuentro que según los más afamados críticos fue el mejor que se había visto en la historia de la Copa del Mundo. Uruguay perdió su primer partido en un Mundial con gran dignidad. Tuvo que ser en la prórroga tras dos goles de cabeza del Kocsis (foto de la derecha), que se ganó el apodo de cabeza de oro y terminó siendo el máximo goleador del torneo. Austria derrotó a la selección charrúa en el tercer y cuarto puesto.

Hungría estaba ante su gran oportunidad de proclamarse campeona del mundo. Era considerada la mejor selección del momento y en la primera fase ya había pasado por encima de Alemania. Puskas y Czibor pusieron el 2-0, pero Rahn (foto de la izquierda) estaba predestinado a protagonizar el milagro de Berna, convirtiéndose en héroe inesperado de la final tras lograr el empate a dos y el gol de la victoria para los germanos. Alemania iniciaba de esta manera la leyenda de su incomparable fortaleza.

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