Los héroes de la superación

Acaban de inaugurarse los Juegos Paralímpicos de Londres 2012. No tendrán el mismo gancho mediático que los Olímpicos, pero la admiración del mundo hacia estos deportistas debería ser al menos tan grande como la que se tiene por Phelps, Bolt y compañía. Ya no es sólo el esfuerzo del día a día, las horas de entrenamiento o la ambición de ganar una medalla, sino ese afán de superación ante la vida; a veces desde el nacimiento, otras a raíz de una desgracia. Y casi siempre con una sonrisa en la cara, con unas ganas de vivir envidiables y sin cesar en el empeño a la hora de marcarse retos. Éste es mi pequeño homenaje a todos los paralímpicos que participan en Londres, un homenaje que quiero cerrar con la entrevista que le hice a nuestra abanderada Teresa Perales y que ayer salió publicada en AS.

Teresa Perales (Zaragoza, 36 años) es hoy la abanderada en la apertura de los Juegos Paralímpicos. A los 19 años se quedó parapléjica. Tiene un hijo, 16 medallas y fue diputada regional.

"Ya llevo una medalla"


—¿Qué sintió cuando le dijeron que iba a ser la abanderada?
—En primer lugar, un poco de incredulidad, pero inmediatamente se apoderó de mí la emoción y me rondaron las lágrimas. Esta noche no podré llevar la silla y portar la bandera al mismo tiempo, así que supongo que pondrán algo o alguien me empujará. Para esto último ya he tenido alguna que otra solicitud (se ríe).
—Aunque sean sus cuartos Juegos, ¿son especiales?
—¡Claro! Ya llevo una medalla puesta por ser abanderada y además va a estar mi hijo en la grada, algo que no había ocurrido en los tres anteriores. Por eso van a ser los mejores Juegos de mi vida.
—Usted ha ganado por ahora 16 medallas olímpicas, las mismas que Michael Phelps cuando llegó a Londres
—Además hay que ir ganándolas una a una, que no se consiguen todas de golpe. Lleva mucho esfuerzo detrás.
—¿Cuánto hay que entrenar para lograr esos resultados?
—En los últimos tres meses sólo he descansado un día entero. El resto me ha tocado entrenar, descansando un par de tardes por semana. En total son unas seis horas al día entre piscina y gimnasio.
—¿Y cómo compagina todas estas horas de esfuerzo con sus obligaciones?
—Sobre todo es complicado cuando estás concentrada. De hecho, lo más duro para mí en este último año ha sido no poder ver ni a mi hijo ni a mi marido durante las concentraciones, ya que un niño de dos años no entiende por qué su madre se va de casa durante unos días. Eso es lo más duro.
—¿Cuántas medallas espera colgarse en Londres?
—Ésa es la gran pregunta y yo soy de las que me lanzo enseguida a la piscina. Nado seis pruebas individuales y dos de relevo y me encantaría subirme al podio en esas seis pruebas individuales. Ya el color, el que sea, pero me gustaría hacer seis de seis. Y si encima logro medalla en los dos relevos, sería la guinda al pastel.
—En Atenas ya ganó seis medallas y en Pekín se hizo con tres oros, una plata y un bronce. ¿Es posible superarlo?
—Yo lo voy a intentar, pero es muy difícil. Además, muchas de las rivales que tenía antes han cambiado. Es como si la única que no se hubiese renovado fuera yo. Son nadadoras más jóvenes, yo tengo cuatro años más que en los anteriores Juegos, he pasado por un embarazo, me he tenido que volver a incorporar a la rutina de entrenamientos y competición Va a ser complicado, pero sí que puedo asegurar que lo voy a intentar con toda mi alma y, por ahora, los entrenamientos de los dos últimos meses han ido muy bien.
—¿Llega a sentir presión?
—La gente me pregunta que cuántas medallas voy a ganar y yo en vez de contestar que lo haré lo mejor posible y que intentaré ganar alguna, cojo y digo que mi objetivo es ganar medalla en las seis pruebas individuales. Después, si no lo logro, parecerá un fracaso, por lo que la presión me la pongo yo misma. Es mi mentalidad. Voy siempre a por el oro.

Muchas suerte a todos estos héroes de la superación, en especial a los españoles y sobre todo a un crack como Javier Hernández.

No hay comentarios:

Publicar un comentario