El gallego Javier Gómez Noya se sacó la espinita de Pekín, donde fue cuarto, y se hizo con la medalla de plata en el triatlón masculino. Sólo pudo batirle el favorito al oro, el británico Alistair Brownlee, que impuso un ritmo espectacular en el tramo de a pie. El tercero en el pódium fue su hermano pequeño Jonathan, cumpliendo todos los pronósticos. Los españoles Mario Mola y José Miguel Pérez fueron 19º y 24º, respectivamente.
Desde un primer momento ya se vio que los favoritos a la victoria iban a tirar fuerte desde el tramo de natación, formándose un grupito de cinco triatletas, entre los que se encontraban los tres medallistas, que comandaron las primeras vueltas de la bicicleta. Finalmente fueron cazados por el grupo perseguidor, pero en cuanto concluyeron esos 42 kilómetros sobre dos ruedas, el español y los hermanos Brownlee se pusieron de nuevo en cabeza.
Jonathan perdió comba tras las dos primeras vueltas y encima tuvo que frenar durante quince segundos por una penalización. Gómez Noya se aseguraba de esta forma su presencia en el segundo cajón del pódium y aunque intentó subir a lo más alto, Alistair hizo valer su poderío corriendo para ganar unos metros que fueron decisivos. De esta manera, el triatleta gallego se colgaba la plata y lograba la primera medalla del triatlón español en unos Juegos Olímpicos tras los intentos fallidos de Sydney, Atenas y Pekín.
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