El sufrimiento es un compañero de viaje muy común en el deporte, tal y como ha quedado demostrado en el partido por el bronce del balonmano femenino. España y Corea del Sur protagonizaron un encuentro en el que la igualdad fue la nota predominante: tablas al descanso, tablas con la bocina final, tablas tras la primera prórroga y medalla para las guerreras olímpicas a la finalización de la segunda.
El mote les viene de hace tiempo, cuando hace dos años se colgaron el bronce en el Mundial. Era un aviso de lo que eran capaces este grupo de jugadoras, cuya mayor virtud es enganchar a todo un país delante de la televisión y transmitirle esa lucha y entrega que les convierte en unas campeonas. Las guerreras olímpicas ya son de bronce.
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