Diario de la Eurocopa (I)

El viaje a Gdansk y el posterior resumen me han impedido escribir sobre los partidos hasta ahora. Ahí va mi particular punto de vista de lo acontecido hasta ahora y desde este momento espero que estos análisis sean diarios o cada dos días si surge algún contratiempo.

  • Los caprichos del fútbol
Tyton ha pasado en sólo dos semanas de ser el tercer portero de su selección a ser el héroe polaco. La lesión de Fabianski y la expulsión de Szczesny en el partido inaugural le dieron su oportunidad y no la desaprovechó. Salió y su primera acción fue detener el penalti de Karagounis, que caprichos del fútbol, fue el mejor con diferencia de Grecia y ya saben el dicho.

  • La L del Dortmund
Piszczek, Blaszczykowski y Lewandowski, todos ellos jugadores del Borussia Dortmund, son una de las grandes armas de Polonia en esta Eurocopa. En la primera parte del partido inaugural volvieron locos a los griegos por su banda, hasta que Piszczek puso un balón medido a la cabeza de Lewandowski. Ya contra Rusia, Blaszczykowski hizo uno de los goles de la Eurocopa.

  • Cenicienta con pólvora
Todos daban a Dinamarca como la cenicienta del grupo B y a la primera de cambio dinamitó todos los pronósticos. Grandísimo planteamiento de Olsen, secundado por un inspiradísimo Anderser y sostenido desde el centro del campo por Kvist y Zimling. Pero la victoria nunca hubiera llegado sin las apariciones en ataque del goleador Krohn-Dehli. Espectacular encuentro el suyo.

  • El debate del nueve
El debate en España durante los últimos días no versa sobre el rescate económico, sino sobre el sistema de la Selección. ¿Con nueve o sin nueve? ¿Cuál de todos ellos? ¿Mi opinión? Depende del partido, al igual que el tema del doble pivote. Lo único que pido es que nunca retiren del campo a Xavi, Iniesta y Silva; hacen del fútbol un placer para los ojos.

  • El 'killer'
Y ya que hablamos de nueves, hay que hablar de Mario Gómez. En dos partidos que lleva jugados ha tocado el balón durante 23 segundos y ha marcado tres goles. 'Killer' donde los haya. Si a ello le unes que tiene detrás a Özil, Müller o Schweinsteiger, apaga y vámonos. 

  • Disfraces de nueves
Los otros dos máximos goleadores de la Eurocopa hasta la fecha son el ruso Dzaogev y el croata Mandzukic. Ambos tienen cuatro cosas en común: juventud, talento, un futuro brillante y que no son nueve puros, aunque su gran capacidad de llegada les permite disfrazarse de goleadores natos. Disfraz que no les queda nada mal.

  • Inmortales
Una de mis máximas alegrías en la Fan Zone fue ver cómo marcaban en pocos minutos dos grandes del fútbol como Ibrahimovic y Shevchenko. En medio de tanta juventud tuvieron que ser las viejas glorias los que mojaran. La experiencia es un grado; la inmortalidad un poder superior.

  • ¿Nuevos Messis?
Las comparaciones son odiosas pero en el fútbol gustan más que a un tonto un lápiz. En la República Checa dicen que el nuevo Messi es Pilar y en Ucrania afirman lo mismo de Yarmolenko. Buenos son un rato y sus actuaciones hasta la fecha les augura un futuro prometedor, pero dejémosles ser Pilar y Yarmolenko hasta el fin de sus carreras.

  • Cortacircuito naranja
La Naranja Mecánica ha sufrido un cortacircuito que prácticamente le manda para casa. Y que nadie hable de mala suerte; se ganó a pulso la derrota frente a Dinamarca y contra Alemania. Su defensa es vulnerable y Van Marwick se empeña en dejar a Huntelaar en el banquillo y en salir con Van Bommel y De Jong en el centro del campo mientras Strootman alcanza la edad ideal para ganar un torneo.

  • Zaragocistas en la Euro
Postiga está siendo el gran representante del Real Zaragoza en esta Eurocopa. En primer lugar porque Micael y Dujmovic son cedidos y no jugadores en propiedad; en segundo lugar por el protagonismo del delantero, titular en los dos partidos y autor de un gol. El anterior de un zaragocista en la Eurocopa fue obra de Milosevic en 2000.

  • Da Vinci, Miguel Ángel y Pirlo
En el Arena Gdansk por fin tuve el honor de ver jugar en directo a uno de los mejores mediocentros de la última década. Empezó como mediapunta, posición que ocupaba en la selección italiana de los Juegos Olímpicos de 2000, y poco a poco fue retrasando su posición hasta ser el motor que mueve todos los equipos por los que pasa. Su nombre es Pirlo, es artista y su golazo de falta es sólo su última obra de arte. Un futbolista del Renacimiento.

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