Diario de la Eurocopa (IV)

  • El turista Llorente
Una vez terminada la fase de grupos, toda España tiene la sensación de que Fernando Llorente ha ido a Polonia y Ucrania de turismo, un hecho que muy pocos entienden. Es cierto que ofrece cosas diferentes a Torres, virtudes que contra Croacia hubieran servido de mucho, sobre todo desde que Navas ingresó en el terreno de juego. A más de uno nos lloraron los ojos cuando se vio claramente en una imagen que el extremo andaluz llevaba el balón por la banda derecha y no había ni un solo rematador en el área.

  • Un país de cojos
Llevo más de 24 horas escuchando y leyendo comentarios sobre las virtudes y defectos de los jugadores del Madrid y del Barcelona, en los que como es lógico, los madridistas cargan contra los azulgranas y veneran a los suyos y los culés echan pestes de los blancos y alaban a los suyos. ¿Nadie les ha dicho que esto es la Eurocopa y todos llevan puesta la camiseta de España? Que los cojos dejen de cojear hacia un lado u otro o se echen a un lado.

  • Locura azurra
Italia entera miraba con atención al último minuto de España para confirmar su clasificación a cuartos de final. No hubo biscotto y el pitido final del señor Stark desató la locura entre los italiano, que también hicieron su parte gracias a dos locos con mayúsculas: Cassano y Balotelli. A este último incluso le tuvieron que tapar la boca en la celebración de su gol por si las moscas.

  • Francia se hace la sueca
Con todas las miradas puestas en el Inglaterra-Ucrania y con más de pie y medio en cuartos de final, Francia se hizo la sueca ante los suecos. Perdió por 2-0 y finalmente concluye segunda la fase de grupos, lo que implica que el próximo sábado se jugará una plaza en semifinales contra España. Esperemos que Marca no repita una portada similar a aquella de 'Vamos a jubilar a Zidane'.

  • Sir Hooligan
Rooney regresó a los terrenos de juego tras su sanción y lo hizo con un gol a pesar de no tener una gran actuación. Su aspecto sigue siendo el de un hooligan que ha saltado al campo, todo lo contrario al de Parker, con un estilo más propio de aquel jugador inglés de los años sesenta que emanaba caballerosidad por los cuatro costados. 

  • Regreso al pasado
Ucrania entera echa humo por su eliminación y por aquel gol fantasma que no subió al marcador. Es curioso que en 1966 ocurriera lo mismo en la final del Mundial otra vez a favor de Inglaterra, con la diferencia de que el árbitro sí dio gol cuando la pelota no había traspasado completamente la línea. Casi medio siglo después seguimos con las mismas polémicas y esquivando la tecnología. Como hemos podido observar todos los aficionados, con esos señores que se sitúan junto a las porterías es más que suficiente. Ni el ojo del halcón...

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