Diario de la Eurocopa (VII)

  • Decepción
Löw me decepcionó de alguna manera al cambiar el sistema contra Italia para mantener a Schweinsteiger en el equipo a pesar de sus problemas físicos. De esta manera, Khedira tuvo que hacer del Khedira de Alemania, con mucha mayor responsabilidad que en el Real Madrid y mayor libertad para llegar al área contraria, y de Schweinsteiger. Lo mismo sucedió con Özil y Kroos. El resultado fue un Schweinsteiger muy mermado, a medio gas e incapaz de asumir responsabilidades en ataque y un trío de jugadores que tuvieron que multiplicarse con el consiguiente desgaste físico.

  • Coronados
En los minutos previos al partido entre Italia y Alemania hice dos comentarios que venían a decir que siempre esperaba mucho de Montolivo y después nada de nada y que Ballotelli me recordaba a Adriano: una genialidad por cada cien cagadas. El segundo gol de la azurra me demostró que soy único coronando a futbolistas que acabo de criticar. Prometo que en la final del domingo todo serán alabanzas para los hombres de Prandelli.

  • Talentino
Muchos de los aficionados sólo conocen una cara de Cassano, aquella que no se toma las cosas en serio y se dedica a salir de fiesta por las noches, aquella que únicamente mostró en el Real Madrid. Pero no siempre ha sido así: sus comienzos en el Bari y la Roma hacían presagiar un futbolista de otro planeta y en su regreso al Calcio en la Sampdoria se centró, adelgazó e hizo gala de todo su talento, lo que le valió su fichaje por el Milan. Ahí vivió sus peores momentos al sufrir un ictus isquémico como consecuencia de una enfermedad cardiaca. Fue intervenido y seis meses después regresó a los terrenos de juego, un hecho muy celebrado por Prandelli, que ya había tenido que decir adiós a Rossi para la delantera, y que ayer lamentó Hummels.

  • Genio y figura
Balotelli fue el verdugo de Alemania con dos goles, el segundo para enmarcar. No los suele celebrar porque según sus palabras es su obligación: "Un cartero no celebra haber entregado una carta". Pero ayer, por lo que fuera, se quitó la camiseta en una de las imágenes de esta Eurocopa y vio la consiguiente tarjeta amarilla: "El árbitro vio mi cuerpo, se puso celoso y me amonestó". Esta es la última frase o acto estrambótico del delantero italiano. Mientras jugaba en el Inter, vestía la camiseta del Milan por la calle, iba a ver sus partidos y silbaba su himno en el vestuario. Totti fue uno de sus blancos: "Abuelo, estás acabado". En Nápoles se tomó fotos con dos capos de la mafia. Fue detenido en Milán por apuntar desde su coche con una pistola de juguete. Al ganar el Golden Boy se le preguntó por Willshare del Arsenal y respondió: "¿Will... qué?". Nada más llegar a Manchester se la pegó con el coche. Fue parado por la policía con su Maserati y 28.000 dólares y cuando le preguntaron que por qué llevaba tanto dinero su respuesta fue: "Porque soy rico". Su coche ya ha sido retirado por la grúa 27 veces y acumula más de 11.000 euros en multas. Un día que se aburría se dedicó a tirar dardos a los juveniles del Manchester City. Ganó 25.000 libras en un casino y a la salida le dio 1.000 a un vagabundo. En una gasolinera anunció en voz alta a todos los presentes que llenaran sus depósitos porque pagaba él. Quemó su casa con fuegos artificiales. Su madre adoptiva le mandó a comprar una tabla de planchar y regresó a casa con un Scalextric, un trampolín y una Vespa. Hay un rumor que dice que en Navidad se disfrazó de Papa Noel y regaló dinero por las calles de Manchester. Dejó a su novia por sms cuando estaba en directo en un programa de televisión. Suma y sigue. Genio y figura.

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