Tocado y hundido

Cuando uno se sienta en su butaca y descubre que tiene a su lado al tío más voceras del cine, de esos que tienen que comentar cada escena, hacer sus propias gracias, reírse en dolby soundround y aplaudir cuando los buenos ganan a lo malos, ya sospecha que su elección no ha sido acertada, al menos a la hora de elegir asiento. Comienza la película y no está del todo mal. Golpes de humor graciosos, una chica guapa, actores conocidos de Friday Night Lights y unos magníficos efectos especiales. Hasta ahí, Battleship es más que aceptable. AGUA.

Y como en toda película de invasión extraterrestre o catástrofe natural, llega la acción, la batalla o la lucha por la supervivencia. Demasiado ruido, demasiada confusión, demasiado cliché. Prefiero no incluir spoilers en la crítica, pero podría enumerar cada detalle y escena sin problemas porque nada te sorprende en esta película, todo es demasiado previsible, como si jugaras a Hundir la Flota con un niño de tres años que te estuviera enseñando todo el rato dónde tiene situados sus barquitos. TOCADO.

A mitad de la película uno ya se da cuenta de que ha entrado en una dinámica aburrida de continuos efectos especiales sin sentido. Estos ya no impresionan y los golpes de humor ya llegan con cuentagotas. Sin los dos elementos que salvan a Battleship, uno espera con impaciencia que el tipo de al lado se ponga a aplaudir de una vez. Por supuesto, lo hace con tanta efusividad que a uno le entran tentaciones de decirle que sólo se trataba de una película, al mismo tiempo que desea que Rihanna se dedique exclusivamente a la música y no vuelva a probar como actriz. Las invasiones de extraterrestres ya no son tan entretenidas como Independence Day. TOCADO Y HUNDIDO.



(Título: Battleship; Director: Peter Berg; Reparto: Taylor Kitsch, Liam Neeson, Alexander Skarsgård, Brooklyn Decker, Josh Pence y Rihanna; Género: Ciencia ficción; Valoración: 4,5)

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