Historia de los Juegos Olímpicos: la Antigua Grecia

Nunca he ocultado que uno de mis mayores retos como periodista es el de cubrir unos Juegos Olímpicos, posiblemente el evento que más admiro y con el que más disfruto junto al Mundial de fútbol. Una orgía deportiva que me abstrae del mundo durante más de dos semanas y que me hipnotiza frente al televisor durante más de doce horas diarias. Me parece fascinante que la gran mayoría de los mejores deportistas del planeta se reúnan en un mismo lugar para exhibir al mundo sus virtudes y que incluso convivan unos con otros en la Villa Olímpica o el hecho de que por unos días los levantadores de pesas, los tiradores o los palistas tengan el mismo protagonismo que Messi, Kobe Bryant o Nadal.

Este especial que hoy inicio a falta de 115 días para que la antorcha olímpica ilumine el cielo de Londres se dividirá en tres partes: la historia de los Juegos Olímpicos -durante las próximas nueve semanas hasta el inicio de la Eurocopa-, una especie de guía en la que analizaré cada una de las modalidades deportivas haciendo especial hincapié en las opciones de la delegación española -tras hacer un paréntesis para dar cabida en el blog a la cita futbolística que tendrá lugar en Polonia y Ucrania- y el seguimiento del día a día durante los Juegos Olímpicos.

Hoy no podríamos estar hablando de Londres 2012 si no hubiera sido por Pierre de Coubertin, el creador del movimiento olímpico moderno, que se empeñó en organizar unos Juegos que reunieran a deportistas de todo el mundo inspirándose en los que tuvieron lugar en la Antigua Grecia. Estos datan del tercer milenio antes de Cristo y se celebraban en Creta, Thera y Micenas. El salto del toro, la lucha y el pugilato eran unas de las pruebas más exitosas.

El espíritu deportivo y competitivo perduró con el paso de los años, hasta el punto de concretarse en una actividad organizada con fecha y lugar propios por primera vez en el año 776 antes de Cristo en Olimpia para honrar a Zeus. Los Juegos se disputaban cada cuatro años o una Olimpiada, que era la unidad de tiempo, y se celebraron hasta el año 393 después de Cristo. Durante su disputa se promulgaba una tregua o paz olímpica para garantizar que los deportistas, que competían totalmente desnudos, viajaran en condiciones de seguridad hasta Olimpia.

Los requisitos para participar en los Juegos eran ser griego y de condición libre, aunque tanto los extranjeros como los esclavos podían presenciarlos, no así las mujeres. Duraban siete días: el primero estaba destinado a actos protocolarios, los cinco siguientes a la competición y el último a la entrega de premios. En torno al templo de Zeus, los ganadores recibían honor, gloria, una rama de olivo y una cinta de lana en la frente. Y al igual que ocurre en la actualidad, cuando regresaban a casa eran recibidos como héroes y los poetas y oradores narraban sus hazañas. Gestas que hablan sobre el afán de superación del ser humano.

La bandera olímpica está formada por cinco anillos sobre un fondo blanco. Fue creada por Pierre de Fredy en 1913 como símbolo del Congreso Olímpico de París que iba a tener lugar en 1914. Los cinco aros representan a las cinco partes del mundo que se unieron al Olimpismo, de tal forma que los seis colores combinados (incluido el fondo blanco) representan a las banderas de todas las naciones sin excepción. Se iza en todas las ceremonias de apertura desde Amberes 1920.

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