Teatro de alta cuna

Joe Wright nos presenta una nueva adaptación de Ana Karenina, la novela de León Tostói. Se trata de un drama de época que tiene lugar en la Rusia Imperial, abordando temas como la infidelidad, la pasión, el desengaño, el honor o el amor existente entre varios miembros de la alta sociedad. La película es tan intensa como algo pesada; tiene ritmo y no hay ni un solo segundo de respiro, pero no logra transmitirnos su entusiasmo o emociones.

Lo más sorprendente de esta nueva versión de Ana Karenina es que la trama se desarrolla en una especie de escenario que va cambiando su decorado en función de la historia, aportándole un carácter teatral bastante original. Todo gira en torno a este objetivo: las interpretaciones, la música, las coreografías, el color, los movimientos o el simple hecho de explotar las emociones de los protagonistas en vez de profundizar en sus personalidades o dramas.

Ana Karenina también destaca por el poder visual de cada plano —extraordinario trabajo de fotografía, vestuario y dirección artística—, así como por su banda sonora. Incluso las interpretaciones de Keira Knightley, Jude Law y el resto de secundarios son más que aceptables, aunque el papel de rompecorazones de Aaron Johnson no es creíble y la química entre él y Knightley resulta inexistente. En definitiva, una especie de obra teatral que no reune los atractivos suficientes para conquistar mi corazón. Ni siquiera para un pequeño desliz.



(Título: Ana Karenina; Director: Joe Wright; Reparto: Keira Knightley, Aaron Johnson, Jude Law, Domhnall Gleeson, Kelly Macdonald, Olivia Williams, Ruth Wilson, Matthew Macfadyen, Emily Watson, Michelle Dockery, Jude Monk McGowan, Holliday Grainger, Luke Newberry, Alicia Vikander y Susanne Lothar; Género: Drama; Premios: cuatro nominaciones a los Oscar en 2013 —dirección artísitca, banda sonora, fotografía y vestuario— y un BAFTA a mejor diseño de vestuario; Valoración: 5,5)

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